Mucha gente la considera la estación más bonita del año, y no es para menos: el clima más húmedo y cálido y las flores embelleciendo las calles. Sin embargo, estos dos factores también son responsables de causar algunas enfermedades primaverales comunes.
Los problemas de salud que tienen mayor incidencia en esta época del año son bastante variables, y van desde las alergias hasta la leptospirosis y el dengue. Sigue leyendo, conoce cuáles son los principales y descubre cómo tratarlos o prevenirlos.
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ToggleLa conjuntivitis es una inflamación que enrojece e irrita el ojo. Puede ocurrir en cualquier época del año, sin embargo, durante la primavera es más común en personas sensibles al polen de las plantas.
Es difícil prevenirlo ya que el polen se dispersa por el aire, sin embargo, evitar las flores en el interior, mantener el ambiente limpio, las ventanas cerradas —sobre todo si hay árboles en flor cerca de la casa— y el uso de anteojos de sol son actitudes que minimizan los riesgos.
El tratamiento debe hacerse con la ayuda de un profesional especializado, pero mantener los ojos limpios y aplicar compresas de solución salina reducen las molestias.
Además de la inflamación en el ojo, el polen puede irritar las vías respiratorias y causar rinitis alérgica. Sus principales síntomas son: secreción nasal, estornudos y molestias en la nariz, boca o garganta.
Esta patología es bastante común en regiones donde las estaciones están bien definidas. En España, la ocurrencia es mayor en el sur del país, sin embargo, solo afecta a personas con predisposición genética.
Las formas de prevención son las mismas que para la conjuntivitis y el tratamiento suele hacerse con antialérgicos. Por lo tanto, es importante consultar a un médico.
El aumento de la temperatura en primavera aumenta la proliferación del virus que causa la varicela, lo cual es bastante común en los niños, especialmente en los meses en que se trata una enfermedad contagiosa, los adultos que no tuvieron varicela, o que no fueron vacunados en la infancia, pueden tener los síntomas. Las llagas en la piel, la fiebre y el cansancio son las principales.
La prevención se hace con la vacunación, que se debe aplicar a los bebés de 15 meses. Ir de septiembre a noviembre.
Por inmunización forma parte de la vacuna tetraviral —disponible en clínicas privadas ya través del SUS— que, además de la varicela, también protege a los niños del sarampión, paperas y rubéola, otras enfermedades comunes en la primavera.
La enfermedad es provocada por una bacteria presente en la orina de ratas que circulan por las calles y alcantarillas. Con el aumento de las precipitaciones durante la primavera y el verano, las inundaciones se vuelven recurrentes, trayendo los desechos de las aguas residuales a la superficie. Por lo tanto, es fundamental evitar caminar descalzo bajo la lluvia o moverse en áreas inundadas.
Los principales síntomas de la leptospirosis son dolor de cuerpo y pantorrillas, fiebre, dolor de cabeza, vómitos y diarrea. En casos más severos, el paciente presenta ictericia, hemorragia y complicaciones renales.
Las lluvias y el calor también aumentan la incidencia del dengue, por lo que no dejes agua estancada en floreros, llantas, botellas y otros objetos que puedan servir de caldo de cultivo para los mosquitos.
Se trata de una infección contagiosa provocada por bacterias y que se transmite a través de gotitas que se liberan al estornudar, toser o hablar.
La escarlatina es una enfermedad primaveral común que afecta principalmente a los niños y causa dolor de cuerpo, cabeza y garganta, papilas gustativas agrandadas en la lengua, erupciones en la piel y fiebre.
Por prevención, se debe evitar el contacto con personas que presenten síntomas, ya que es contagioso. El tratamiento suele ser con antibióticos, y es necesaria la consulta con un médico o pediatra.
Como hemos visto, con algunos cuidados y prevención es posible disfrutar de la época más florida del año sin riesgo para la salud. Sin embargo, si usted o alguien de su familia tiene una de las enfermedades comunes de la primavera, es esencial consultar a un médico para recibir el tratamiento adecuado.
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